John Bowlby, un psiquiatra británico, después
de ver a los monos en sus jaulas de alambre, le preguntó:
¿Por qué están tratando de inocular
psicopatologías a monos? Ya tienen más monos psicopatológicos en el laboratorio
de los que se hayan visto nunca sobre la faz de la tierra.” Bowlby, era un
investigador de las consecuencias de la privación materna, pero sus
investigaciones se desarrollaban con niños, principalmente huérfanos de guerra,
refugiados y niños recluidos en instituciones, y ya antes de que Harlow
realizase sus experimentos había llegado a la conclusión de que “la privación
prolongada de un niño pequeño del cuidado materno puede tener unos efectos
graves y de largo alcance sobre su carácter sobre el resto de su vida”.
Los experimentos en psicología someten a
miles de animales no humanos a procedimientos que inducen angustia,
desesperación, ansiedad, devastación psicológica general y muerte. La
investigación se alimenta de sí misma. Algunos investigadores experimentaron
con chimpancés porque el trabajo experimental con primates grandes había sido
relativamente escaso comparado con los monos. Pero ni siquiera trataron de
justificar sus experimentos alegando que podrían ser beneficiosos para los
humanos. El que ya tengamos un alto número de observaciones sobre chimpancés
salvajes huérfanos no parecía importarles. La misma actitud se repite
constantemente a través de las ciencias psicológicas y del comportamiento.
Para tratar
de dilucidar el asunto, era necesario la realización de experimentos pero,
¿cómo experimentar con un bebé? No sería ético. Así que Harry Harlow recurrió a
uno de nuestros parientes más cercanos, los monos
rhesus. Y menos mal que fueron ellos. Sus
experimentos fueron realmente crueles y, de ser aplicados en seres humanos,
habría creado personas traumatizadas de por vida. Harlow entendió que para comprender hasta el fondo el corazón humano
tenía que estar dispuesto a destrozarlo y así lo hizo, en los pequeños monos.
La tortura de la violación, las damas de hierro o el foso de la desesperación
eran algunos de los nombres que dio a los dispositivos de sus experimentos.
Estos experimentos mostraron que la necesidad de contacto y protección es instintiva en las crías, siendo esta sensación de afecto y seguridad más importante para las crías que el propio alimento. Además, mostró los efectos del aislamiento, total o parcial, sobre el desarrollo cognitivo-emocional de los monos, destacando que ninguno de los sujetos experimentales mostró diferencias en el afrontamiento de esta situación de aislamiento. Los monos más activos y extravertidos sufrían las mismas consecuencias que otros, concluyendo que las características de personalidad de los sujetos no suponían un factor de protección para los efectos de la depresión (aislamiento, soledad).
La mayor critica que podemos hacer a este experimento , es que , a
pesar de lo que significo , de lo importante que fueron los resultados
obtenidos de él para la sociedad , nada justifica el maltrato que le produjeron
a los monos , el daño que causaron , los crueles experimentos que realizaron
con ellos , de partida el separar a los bebes monos de sus madres ya es algo
negativo , lo peor fueron las violaciones , y todo para conseguir un resultado
que ya estaba comprobado con los niños huérfanos que habían luego de las guerras
. Este tipo de experimento está prohibido en la actualidad, por lo poco ético
que es y por el maltrato animal.
Otra crítica, es que el comportamiento de
los monos, no necesariamente será igual al comportamiento de los seres humanos,
no somos comparables, por mucho que nos parezcamos, no reaccionamos de la misma
forma.
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